AUSENCIAS
Agua en el agua
Escribir no es perpetrar palabras. Es sumar agua en el agua. Tengo un diccionario lleno de ausencias en el que escribo la historia que nadie leerá.
Agua. Tan sólo agua.
La palabra debiera poder atravesarse a si misma, crucificarse para siempre, resignarse en el silencio. Y eso no alcanzaría.
Esta Diosa a la que tanto culto rindo, es, apenas, una diosa pagana, presuntuosa e incapaz de rozar, siquiera, la cola del cometa de alguna verdad.
Agua. Tan sólo Agua.
La anti-página
Algunos dicen que es la muerte…
Tal vez quienes se sienten amos, o pretenden, y se sostienen desde la loca fantasía del despojo, escriben la muerte con sus uñas de acero.
Y sin embargo la muerte pareciera alojarse en quien despoja, o pretende.
En el despojado sólo se aloja la esperanza.
… … … …
No dejaras ni una planta de almendros, ni una almendra.
Arrancarás hasta el último trébol de mi sembradío. Acopiarás en tus olivares yermos, sólo el absurdo, la fantasía del hurto, la triste, decadente alucinación del despojo.
Te llevarás esa locura que te acompaña y se vacía en el alma, con la que no vives.
La muerte de siempre, de cada vez, de cada día, de tu desdicha, de tu desvida.
La misma uña rasgando tantas sedas para acopiar sembradíos yermos en olivares secos.
Te llevarás manos de ausencia, sólo la locura de quien cree que puede robar al otro. A nosotros no nos llevarás. Ésa es tu derrota.
Agua en el agua
Escribir no es perpetrar palabras. Es sumar agua en el agua. Tengo un diccionario lleno de ausencias en el que escribo la historia que nadie leerá.
Agua. Tan sólo agua.
La palabra debiera poder atravesarse a si misma, crucificarse para siempre, resignarse en el silencio. Y eso no alcanzaría.
Esta Diosa a la que tanto culto rindo, es, apenas, una diosa pagana, presuntuosa e incapaz de rozar, siquiera, la cola del cometa de alguna verdad.
Agua. Tan sólo Agua.
La anti-página
Algunos dicen que es la muerte…
Tal vez quienes se sienten amos, o pretenden, y se sostienen desde la loca fantasía del despojo, escriben la muerte con sus uñas de acero.
Y sin embargo la muerte pareciera alojarse en quien despoja, o pretende.
En el despojado sólo se aloja la esperanza.
… … … …
No dejaras ni una planta de almendros, ni una almendra.
Arrancarás hasta el último trébol de mi sembradío. Acopiarás en tus olivares yermos, sólo el absurdo, la fantasía del hurto, la triste, decadente alucinación del despojo.
Te llevarás esa locura que te acompaña y se vacía en el alma, con la que no vives.
La muerte de siempre, de cada vez, de cada día, de tu desdicha, de tu desvida.
La misma uña rasgando tantas sedas para acopiar sembradíos yermos en olivares secos.
Te llevarás manos de ausencia, sólo la locura de quien cree que puede robar al otro. A nosotros no nos llevarás. Ésa es tu derrota.
1 comentario:
Carlos, gracias por publicar estos textos de los "Decires".
Y mis felicitaciones de siempre por tu sostenida y constante profesión por las Palabras.
Un abrazo.
Virginia.
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