PÁJARO DE UN ALA
Alicia Chilifoni
Se
cortó la cadena. Hace mucho que está la hamaca en el jardín. No sé cuánto. Odio
perder el tiempo contabilizándolo, prefiero ganarlo viviendo. Sí sé que los
nenes eran chiquitos; tanto que el menor por entonces, no sabía sostenerse
sólo, por eso la hamaca del medio tuvo una cadena adicional, para evitar su
caída. Y es ésa precisamente la que perdura, ya que, al crecer la prole,
retiramos las dos restantes.
Acostumbro
balancearme en ella en las noches de verano, antes de ir a la cama, mientras
escucho el silencio, miro la noche, respiro el aire húmedo, y me abanico con el
vaivén. En invierno, aprovecho cualquier tímido solcito de mediodía, pelando
las mandarinas desfachatadamente olorosas que elijo de postre, sentada en
la hamaca.
Pero
se cortó la cadena. Y se la ve abatida, como pájaro con un ala rota. Consideré
eliminarla, pero bien pronto descarté la idea. Hoy puse una escalera, trepé,
retiré trabajosamente el eslabón roto, pero después no pude aflojar la tuerca
para calzar la cadena en el soporte. El óxido y lo incómoda de mi posición me
lo impidieron. Era imposible, hasta que se me ocurrió una idea viable: corrí al
galpón en busca de un candado. Encontré uno. Estaba abierto, y sin la llave
correspondiente no podía probar si funcionaba. “Mejor”, me dije. Volví a subir
la escalera cuidando que no se me cerrara el candado, lo enganché en el soporte
del caño transversal, y después le calcé el extremo de la cadena, presioné, y.
. . . se cerró. ¡Funcionó! O sea que lo
logré, y no sólo eso sino que además es irreversible al no haber llave capaz de
contradecirme.
La
hamaca ya tiene las dos alas, y volvió a volar. El chirrido del metal en
movimiento, cerrando los ojos, me trae estampas de aquellos tiempos en que no
había silencio. ¡Y no habrá! ¡Nada de casas sin ruidos! ¡Dios me libre!
Seguirán rompiendo el silencio las cadenas con su violín desafinado por siempre.
Total, nadie me lo puede impedir. No hay llave para abrir el candado.
Me
columpiaré más alto, más, más. . . hasta tocar el cielo.
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