Cuentos breves
Marylena Cambarieri
Violación
Me
encerró y me acosó sexualmente. Insistió. No quería que me fuera. Yo tenía
mucho miedo y no quería quedarme. Me dijo que se estaba convirtiendo en un
delincuente. Que siendo bueno no le había ido bien. Me contó que tiene una
causa por agresiones recíprocas con otra persona. El otro ya era un
delincuente. Que se va del pueblo. Que no quiere más problemas. Que no cree en
la justicia ni en la policía. Me pidió que me sentara a su lado. Yo no quería.
Tenía que irme. La conversación me había alterado. No pude abrir la puerta. Me
permitió que lo intentara y yo lo hice y no pude. Finalmente cedí para que no
usara la violencia. No quise oponerme. Y me violó.
No lo
lleven preso, por favor.
A mí me
gustó.
Y yo lo
quiero.
Sí, nos
conocíamos.
No, no es
mi amante.
Fue mi
amante, sí.
No, no
estoy enamorada de él.
Sí,
estuve enamorada.
Sí, somos
amigos.
Sí, le
tengo confianza.
Fue un
juego, sí.
Tuve
miedo, claro.
Él tiene
sentido del humor, sí.
Yo tuve
pánico, sí.
Él me
quiere bastante, sí.
No, no
quiere causarme problemas ni dañarme.
Sí, le gusta
estar conmigo.
Sí, yo
fui por mi propia voluntad.
Me quedé
bien, sí.
Está
bien.
No me
violó entonces.
No
molesto más.
Nadie me
violó nunca.
¿Falso
testimonio? ¿Yo? ¿Una causa por falso testimonio?
Tengo 42
años.
¿Falso
testimonio?
Yo soy
una señora decente.
Indigestión
Primero
me comí la A. Yo soy así: ordenadita, cronológica y formal. Seguí hasta la Z. Y
me comí todo el discurso de los demás.
Una
ensalada de letras se me atravesó en el intestino y ahí quedó. Se desordenó el
alfabeto, se me mezclaron los discursos.
Tiré la T
pero me la devolvieron. Torcida.
Perdí la
P pero la encontraron. Pedacitos de P.
Convidé
la M pero me la hicieron migas. Y tragué las migas de M.
Intenté
deshacer el nudo de letras leyendo viejas gramáticas y modernas teorías:
-“Gramática
de la indigestión: dimensiones y formas de nudos.”
-“Gramática
de la indigestión y sus procesos estructurales en las letras clásicas.”
También
leí algunos libros de autoayuda:
-“Usted
puede deshacer nudos de letras.”
-“Autoestima
y nudos de letras”.
Participé
de talleres grupales: duros intentos.
El tiempo
pasaba y la indigestión seguía.
-Estará
empachada- dijo la abuela
-Que tome
un té- dijo la tía.
-Qué
raro, una chica tan buena- dijo mamá.
-Algo
habrá hecho- dijo el barrio.
Un día,
cansada de pensar y leer sobre el tema caminé hasta agotarme. Me olvidé del mundo
y de todos mis problemas. Sentí algo raro: angustia, náuseas, confusión. Lloré.
Tiré al piso una palabrota que tenía en el bolsillo. Rompí contra la pared
algunas vocales. Y milagrosamente rescaté algunas letras desarmadas que tenía
en la cartera. Recuperé consonantes y encontré un espejo. Desanudé mi nudo y
volví a casa.
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