viernes, 6 de mayo de 2011

LINA CAFFARELLO



PRÓLOGO CELTA

Un círculo en el bosque,
una piedra y el crepúsculo.

Vi el santuario.
Vi el misterio formulado en el follaje.
Vi el caldero que unge las espadas.
Vi a los héroes proyectados por la luna.
(De azul, se pintarán de azul.)

Erudición guerrera
que es mandato de los dioses.
(No escribirán: la magia no se escribe.)

En la unidad mística del trébol,
tres grullas,
tres ríos,

tres aullidos.


CEREMONIA CELTA

Cantan,
y su canto brama;
vocalizan conjuros y victorias.
Brama el bosque en la neblina.

Ríen,
y sus dientes de mora
intimidan a elfos y a fantasmas.
Crujen los ojos, las quijadas.

Danzan,
desnudos y azules,
y en la danza más temible
fulguran las espadas, azules y desnudas.

Cantan, ríen, danzan:
convocan a los dioses

y el viento derrota al enemigo.


COROLARIO CELTA

Hacia la noche,
las hadas encienden sortilegios
y liberan espíritus antiguos
ocultos en las piedras.

El viejo roble,
morada de los dioses,
es el santuario que hechiza
la palabra del druida:
por cada letra, un árbol;
cada batalla, un mito.

Hogueras prodigiosas
celebran el triunfo de la tribu.
Rugen vibraciones.

Los ojos, bizarros, centellean.

(Buenos Aires)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bien expresada esa magia de los celtas. Saludos. Ricardo Logand