HOY MI ALMA ESTÁ GRIS
Las cinco en punto de esta amenazante tarde.
La bruma permite descansar de miradas intrusas a las montañas del oeste. Detrás de esa espesura gris adivino las formas y los colores de esas moles, mudos testigos diarios de la vida, de mi vida. Montañas misteriosas y cautivantes, siempre intentando modificar sus colores; atrapando todos los tonos de gris y amarillo, azul y verde; mostrándose rosadas cuando el sol las acaricia en cada amanecer, tornándose transparentes cuando ese sol desaparece tras ellas. Hoy descansan, hoy no toman ningún color, hoy me permiten imaginarlas como mi alma desee sentirlas.
Una lluvia mansa limpia el valle.
Observo las gotas desprendiéndose suavemente desde el techo gris plomizo. Otras gotas juguetean entre las hojas de los árboles y las plantas antes de acariciar el pasto.
Hoy quisiera transformarme en nube para permanecer frágil y poderosa, cercana y lejana, indemne e inalcanzable.
Hoy mi conciencia al fin reconoce el peligro de permanecer inmersa en esta obsesión.
Obsesión caprichosa ocupando mi mente desde hace algún tiempo. Obsesión absurda envolviendo mi ser en una tristeza asfixiante. Obsesión semejante a un monstruo absorbente tomando mayor confianza a cada minuto: una telaraña incómoda y pegajosa, una luz oscura y dolorosa naciendo en lo más profundo, hiriendo mi interior, desgarrando mis entrañas. Un monstruo invasor arrastrando mi vida, apropiándose de mis sentimientos. ¡Ay! con esta angustiante obsesión: dueña absoluta de cada uno de mis días.
Hoy deseo liberarme y vagar con libertad.
Hoy todo es gris en este inmenso cielo.
Hoy mi alma está gris… y nada hago por impedirlo.
La bruma permite descansar de miradas intrusas a las montañas del oeste. Detrás de esa espesura gris adivino las formas y los colores de esas moles, mudos testigos diarios de la vida, de mi vida. Montañas misteriosas y cautivantes, siempre intentando modificar sus colores; atrapando todos los tonos de gris y amarillo, azul y verde; mostrándose rosadas cuando el sol las acaricia en cada amanecer, tornándose transparentes cuando ese sol desaparece tras ellas. Hoy descansan, hoy no toman ningún color, hoy me permiten imaginarlas como mi alma desee sentirlas.
Una lluvia mansa limpia el valle.
Observo las gotas desprendiéndose suavemente desde el techo gris plomizo. Otras gotas juguetean entre las hojas de los árboles y las plantas antes de acariciar el pasto.
Hoy quisiera transformarme en nube para permanecer frágil y poderosa, cercana y lejana, indemne e inalcanzable.
Hoy mi conciencia al fin reconoce el peligro de permanecer inmersa en esta obsesión.
Obsesión caprichosa ocupando mi mente desde hace algún tiempo. Obsesión absurda envolviendo mi ser en una tristeza asfixiante. Obsesión semejante a un monstruo absorbente tomando mayor confianza a cada minuto: una telaraña incómoda y pegajosa, una luz oscura y dolorosa naciendo en lo más profundo, hiriendo mi interior, desgarrando mis entrañas. Un monstruo invasor arrastrando mi vida, apropiándose de mis sentimientos. ¡Ay! con esta angustiante obsesión: dueña absoluta de cada uno de mis días.
Hoy deseo liberarme y vagar con libertad.
Hoy todo es gris en este inmenso cielo.
Hoy mi alma está gris… y nada hago por impedirlo.
-Catamarca-
*Publicado en la revsita virtual, Con voz Propia, que dirige Analía Pascaner
2 comentarios:
Querido Carlos:
Muchas gracias por tu generosidad al publicar mi escrito, el cual tiene un significado especial para mí.
Aprecio y valoro el esfuerzo en la tarea de difusión literaria.
Mi saludo cordial y mis deseos que estés muy bien.
Analía
REITERO comentario realizado 12 de marzo de 2010, el cual por alguna incomprensible razón ha desaparecido (también sucedió lo mismo en mis blogs).
Querido Carlos:
Muchas gracias por tu generosidad al publicar mi escrito, el cual tiene un significado especial para mí.
Aprecio y valoro el esfuerzo en la tarea de difusión literaria.
Mi saludo cordial y mis deseos que estés muy bien.
Analía
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