MARÍA E IVO: ABRIENDO EL SOL DE LAS MADRUGADAS
Después de cualquier día agotador, una vez más , es decir siempre, volvían a sus retinas la llanura enorme , tan grande como sus esperanzas y avanzando las noches , aquellas valijas aún estaban impregnadas con la humedad del océano. ¿ Cuantos sueños, cuántas preguntas calladas había en las manos laboriosas de Maria?¿Cuántos temores galopaban en el pecho de Ivo? ¿Cuántas ilusiones enhebradas en su frente arrugada de soles y fríos?
Como flores trasnochadas, se abría un horizonte nuevo, distinto, desconocido , un pueblo adoptado casi cuando empezaba la noche estrellada, casi cuando las luces de un herrumbrado farol empezaban a temblar en el humilde hogar .El vacío de la lejanía golpeaba, mientras la presencia de la nada se hacía desafiante,con escasos centavos y un irrenunciable mar de esfuerzos.Maria e Ivo, libaron juntos las tormentas que golpeaban , pero volvian a volar , a remontar como pájaros en un cielo de esperanzas .Un sabroso pastel con sus cúpulas de azúcar , o quizás alguna dura galleta casera esperaba a Ivo cuando llegaba a casa . Cargado de alboradas. Callosas sus manos de cal , de arena , de empujar la pala .Ni sombras ,ni ataduras,ni fríos, ni vientos lacerantes dañaban su risa, ni su voz con lumbres marchigianos ,mientras viajaba una nueva historia entre sus manos y las de María.
Ivo era así, simple como un gorrión y trabajador como un hornero.María era ,un lirio entre las espinas desafiantes. María incansable , María con esa paz incesante donando luz , dulzura genuina y sin llorar su destino, abría la tierra mientras una lluvia de semillas caía y unas hortalizas pondrían color a la mesa servida
María, hundía sus manos en la harina y el horno de barro esperaba y la casa toda ,olía a pan casero.
María, en un barrio humilde , al que se abrió sin titubeos, porque no bastaba rezar ,era más importante elevar las mejores oraciones en sus ayudas , en la solidaridad entre vecinos.! Todo se impregnada con su aroma de mujer laboriosa !Hasta aquellas bolsas del Molino que debia lavar y remendar !! Hasta el costurero , su rústico diploma de modista ,tenía aroma a María!Y Maria e Ivo añoraban el celeste del Adriático ,extrañaban aquel suelo tan lejos, tan querido . Mientras un arco iris iba protegiendo los pasos de sus niños corriendo, jugando entre travesuras, amparando su hogar , mientras ese arco iris puso en sus manos todas las estrellas, para sembrarlas a aquí ,esas estrellas ,las mismas que brillaban allá en el cielo de su distante Patria.
Después de cualquier día agotador, una vez más , es decir siempre, volvían a sus retinas la llanura enorme , tan grande como sus esperanzas y avanzando las noches , aquellas valijas aún estaban impregnadas con la humedad del océano. ¿ Cuantos sueños, cuántas preguntas calladas había en las manos laboriosas de Maria?¿Cuántos temores galopaban en el pecho de Ivo? ¿Cuántas ilusiones enhebradas en su frente arrugada de soles y fríos?
Como flores trasnochadas, se abría un horizonte nuevo, distinto, desconocido , un pueblo adoptado casi cuando empezaba la noche estrellada, casi cuando las luces de un herrumbrado farol empezaban a temblar en el humilde hogar .El vacío de la lejanía golpeaba, mientras la presencia de la nada se hacía desafiante,con escasos centavos y un irrenunciable mar de esfuerzos.Maria e Ivo, libaron juntos las tormentas que golpeaban , pero volvian a volar , a remontar como pájaros en un cielo de esperanzas .Un sabroso pastel con sus cúpulas de azúcar , o quizás alguna dura galleta casera esperaba a Ivo cuando llegaba a casa . Cargado de alboradas. Callosas sus manos de cal , de arena , de empujar la pala .Ni sombras ,ni ataduras,ni fríos, ni vientos lacerantes dañaban su risa, ni su voz con lumbres marchigianos ,mientras viajaba una nueva historia entre sus manos y las de María.
Ivo era así, simple como un gorrión y trabajador como un hornero.María era ,un lirio entre las espinas desafiantes. María incansable , María con esa paz incesante donando luz , dulzura genuina y sin llorar su destino, abría la tierra mientras una lluvia de semillas caía y unas hortalizas pondrían color a la mesa servida
María, hundía sus manos en la harina y el horno de barro esperaba y la casa toda ,olía a pan casero.
María, en un barrio humilde , al que se abrió sin titubeos, porque no bastaba rezar ,era más importante elevar las mejores oraciones en sus ayudas , en la solidaridad entre vecinos.! Todo se impregnada con su aroma de mujer laboriosa !Hasta aquellas bolsas del Molino que debia lavar y remendar !! Hasta el costurero , su rústico diploma de modista ,tenía aroma a María!Y Maria e Ivo añoraban el celeste del Adriático ,extrañaban aquel suelo tan lejos, tan querido . Mientras un arco iris iba protegiendo los pasos de sus niños corriendo, jugando entre travesuras, amparando su hogar , mientras ese arco iris puso en sus manos todas las estrellas, para sembrarlas a aquí ,esas estrellas ,las mismas que brillaban allá en el cielo de su distante Patria.
1 comentario:
Cada una de las palabras es una pincelada en el lienzo de la vida.
Que bellisimo relato cargado de nostalgias y vida!!
Besotes amiguísima
María Rosa
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