PERPLEJIDAD
Raúl
Brasca
La
cierva pasta con sus crías. El león se arroja sobre la cierva, que logra huir.
El cazador sorprende al león y a la cierva en su carrera y prepara el fusil.
Piensa: si mato al león tendré un buen trofeo, pero si mato a la cierva tendré
trofeo y podré comerme su exquisita pata a la cazadora.
De
golpe, algo ha sobrecogido a la cierva. Piensa: si el león no me alcanza
¿volverá y se comerá a mis hijos? Precisamente el león está pensando: ¿para qué
me canso con la madre cuando, sin ningún esfuerzo, podría comerme a las crías?.
Cierva,
león y cazador se han detenido simultáneamente. Desconcertados, se miran. No
saben que, por una coincidencia sumamente improbable, participan de un instante
de perplejidad universal. Peces suspendidos a media agua, aves quietas como
colgadas del cielo, todo ser animado que habita sobre la Tierra duda sin atinar
a hacer un movimiento.
Es
el único, brevísimo hueco que se ha producido en la historia del mundo. Con el
disparo del cazador se reanuda la vida.
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