Mi cumpleaños de 8
Cuando llegué de la escuela, con la carita
embadurnada de caramelo por los besos de mis compañeritas, el vestido de
organza celeste estaba en una silla junto a mi cama toda primorosa con la
colcha nueva que había cosido mamá, sobre el piso de brillante parquet los
zapatos de gamuza blanca y los inmaculados zoquetes de algodón.
En el comedor, cubriendo la mesa, el mejor mantel con
sus servilletas de piqué almidonado y planchado con todo esmero por la abuela,
las tazas de porcelana para el chocolate y en el centro, sobre una bandeja de
plata reluciente, la torta que tanto me gustaba.
A mi alrededor, mi numerosa familia y todas mis
pequeñas amigas, cantando: …qué los cumplas feliz… qué los cumplas feliz… …y yo
sonriendo y soplando mis 8 velitas, y cuando
más soplaba (no se apagaban nunca)… iban desapareciendo uno a uno todos
los que me acompañaban… y el comedor era la cocina y el mantel de hule, y las
tacitas para el chocolate, vasos de vidrio verde… y yo sola con mi gata… sin
torta, ni velas…sin coronita… con mis rulos cayendo desprolijos sobre mi
frente…mientras mi vestido de organza se esfumaba dejando ver el gastado de
algodón… y mis zapatos de gamuza blanca, se parecían cada vez más a las pampero
que usaba todos los días.
…Feliz, feliz en tú día…amiguita qué Dios te bendiga
y que cumplas muchos más…….
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