Mueren muchos más pobres que ricos en actos de violencia. Pero esas muertes suelen ser invisibles. Cuando muere uno de "nosotros" (alguien de clase media o alta), de tez bien blanca, con todos los dientes en su lugar, estamos ante una crisis de la seguridad pública. Lo que llamamos inseguridad es el precio que pagamos por la extrema desigualdad. No se habla de "inseguridad" para referir a las víctimas de la exclusión. Sólo se las considera "un peligro", en lugar de subrayar que están "en peligro". Cuando predomina la inequidad, no hay justicia y es difícil que haya paz. Tántalo fue sometido al suplicio de padecer sed al borde de un lago que se alejaba cada vez que él intentaba beber de sus aguas. Este mito griego sintetiza el padecimiento de muchos ciudadanos que no pueden alcanzar los bienes que la sociedad les muestra pero que al mismo tiempo les escatima.
(Roxana Kreimer, Desigualdad y violencia social. Análisis y aportes a partir de la evidencia científica)
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