TODO FRUTO TIENE SU SECRETO
Transito por los caminos misteriosos de la frugalidad y la sensualidad mientras estoy frente a un fruto, un simple higo, simiente, comienzo de vida, placer de néctar pálido, dulce, brilloso, carnoso, juego con todos los sentidos, con los ojos, el olfato; lo degusto, toco su aspereza externa, y la vellosidad interna y rosada.
Hasta puedo escuchar su lamento al separarlo con mis labios.
Y me lleva el recuerdo al jardín de mi abuelo, a sus higueras, a mi infancia, a esas tardes en que él, tomaba con sus manos esos frutos, y los dejaba en mis manos.
El abuelo tenía la misma dulzura que esas tardes en el jardín, rodeados de aromas de flores, placeres y sabiduría.
Siempre contaba historias que había aprendido en su tierra natal. Lleno de nostalgia, él y yo comíamos esos higos en pétalos, maduros, compartiendo secretos, sólo los dos en el jardín de la infancia.
Transito por los caminos misteriosos de la frugalidad y la sensualidad mientras estoy frente a un fruto, un simple higo, simiente, comienzo de vida, placer de néctar pálido, dulce, brilloso, carnoso, juego con todos los sentidos, con los ojos, el olfato; lo degusto, toco su aspereza externa, y la vellosidad interna y rosada.
Hasta puedo escuchar su lamento al separarlo con mis labios.
Y me lleva el recuerdo al jardín de mi abuelo, a sus higueras, a mi infancia, a esas tardes en que él, tomaba con sus manos esos frutos, y los dejaba en mis manos.
El abuelo tenía la misma dulzura que esas tardes en el jardín, rodeados de aromas de flores, placeres y sabiduría.
Siempre contaba historias que había aprendido en su tierra natal. Lleno de nostalgia, él y yo comíamos esos higos en pétalos, maduros, compartiendo secretos, sólo los dos en el jardín de la infancia.
3 comentarios:
Norma querida, casi siento el sabor de esos higos que se anticipan a la nostalgia.
Un gran abrazo
Betty Badaui
Norma: tu cuento también me llevó a la casa de mis Nonos donde, para las navidades ,había brevas e higos que eran un manjar. Gracias por el recuerdo. Te abraza, Laura B.Chiesa.
Siempre me asombra como un lejano perfume de la infancia nos lleva a la palabra. Tiene ese tono nostágico que me gusta mucho.
Un abrazo de,
Silvia Loustau
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