martes, 21 de octubre de 2014

Juana Schuster


                        La noticia Juana Schuster


Dolor y llanto. Sangre y barro en mis pensamientos porque estas en Vietnam.

Ya mis cartas no te llegan. Sólo me queda contemplar las fotos en los periódicos. Pantanos, agonía, sangre. Flaqueo de fuerzas físicas, deterioro de vigor anímico. Lunas demasiado nítidas como mi pesar.

La chimenea chisporrotea esperanzas. Fuiste como periodista. Fácil de comprobar para tus captores. Pronto volverás a casa. Me miento. Es un embuste robado en ese mundo de ciegos donde me introduje. No quiero ver.

Horror, heridos, desesperanza.

Levanto al niño de la cuna. Contemplo tus ojos en los suyos. No llegaste a conocerlo. Se quedaron con las fotos que te envié.

¿Sabías acaso que la muerte era una pasajera posible en ese viaje?

Mostraron ayer a un compañero tuyo. Me estremeció su estado enfermo y famélico. Su esposa me telefoneó. Intenté animarla. No fue fácil.

Rebaños de sombras se amontonan y forman mil dobleces.

Deposito al bebé sobre la almohada. Todo gira a mí alrededor. Alguien me ató a la rueda de algún carro. Aprieto las puntas del mantel y se desmorona la taza haciéndose añicos. El reloj me tira campanadas de bronce para reanimarme.

En cada objeto está encerrado el tiempo móvil y pleno de vida del ayer compartido.

La voz del locutor, acaba de anunciar que te fusilaron, porque intentaste escapar.

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