lunes, 6 de diciembre de 2010

LULÚ COLOMBO


LOS ESPÍRITUS DEL CERRO
Carta homenaje a Juan L. Ortiz
y a su poema Los ángeles
bailan entre la hierba.

Aquí, Juan L.
el sol ha dejado a su paso
agujas de cristal que rechinan
entre las champas relumbrando
como huesos calcinados de espanto.

Dura es la noche
de los espíritus del ayer
silenciados por las alas de los ángeles.
Duro devenir
de esos entes sin nombre pudiera
que esconden estas piedras dormidas
Los grillos resisten en silencio
centinelas, siempre ahí... como ellos.

La memoria acurrucada en los aleros
junto al espíritu del árbol
y a los seres emplumados
Ella invoca al viento
El ángel ha matado al cóndor
en vuelo de amargas volutas
y brilla, puro marfil devinto
como la muerte misma.
Las horas destiñen el tiempo
y ellos siguen ahí, Juan L.
En cada piedra
en los senderos que suben
al cielo, en el aire del monte
Y aunque no lo crea
los ángeles de aquí
no bailan entre la hierba.
No se sabe cuántos...
Eran muchos (¿miles?)
cuando las alas de los ángeles
rozaron las champas riendo
con esa sonrisa fúnebre.

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