lunes, 6 de diciembre de 2010

LILIANA LA GRECA


AQUELLA AGENDA

Estaba emocionada. Parecía ayer cuando Julia sin que Carlos, su marido se diese cuenta, tomó la agenda que él guardaba tan celosamente en el cajón de su mesita de luz, y comenzó a ubicar telefónicamente a cada uno de los antiguos amigos. Sí, hasta a aquellos cuyos números borroneados apenas se veían.
También aprovechó el hecho de que muchos de ellos parecían conocerse entre sí, y después de preguntarles, rápidamente respondían, "quédese tranquila, yo me ocupo".
El catering, los globos, ¡hasta una piñata!, y el salón decorado al estilo " Halloween", que a él tanto le gustaba.
Finalmente, llegó el día. Amaneció y la rutina del sábado parecía interminable. Le dijo- Viejo, ya que es tu cumple... ¿Nos vestimos bien y vamos a cenar?.
¡Dale!, respondió él. Yo manejo, conozco un lugar nuevo-dijo Julia-
A las diez de la noche, estacionó el auto a dos cuadras y pensó, "Ni se lo imagina". Pararon de golpe allí, en Medrano 2515 y él comentó… ¿Y el restaurante?. Está arriba, es un lugar nuevo.
Subieron la escalera y al abrir la puerta… estaba todo oscuro. Julia encendió la luz y un ¡feliz cumpleaños! invadió la habitación.
Desde atrás ella podía imaginar la alegría de Carlos, su cara, sus gestos, sus sentimientos y al acercarse, solo sintió un temblor y notó cómo lentamente él comenzó a retroceder. Su cara pálida, desencajada, sorprendida y aterrada, la descolocaron.
Mientras, ellos avanzaban hacia él, lentamente, casi como zombis. ¿Será por la decoración?, pensó.
¡Carlos! ¡Carlos! ¿Qué pasa?, y al cortarse la luz, llegó a responder…Ellos, ellos ya no están. Ellos…

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