lunes, 1 de septiembre de 2014

Sonia Figueras



EL PARTIDO Sonia Figueras

Está sentado en una silla de paja en la puerta de su casa. Es domingo. Ya almorzó un plato de ravioles con un vaso de vino. Rechaza la fruta.
Los ojos se le entrecierran en esa siesta calurosa.
Pesada la tarde, dice, pero no le molesta. Un bochinche crece a su alrededor, lo envuelve.
Ya no está sentado en la calle. Está en el túnel, en el instante de entrar a la cancha. Hoy estrena botines. La camiseta, el pantalón y las medias, por supuesto, todo es nuevo. Está acostumbrado a ser la estrella del equipo. Sabe que en cuanto pise el césped la tribuna entera va a corear su nombre y lo ensordecerá.
Tocará el suelo, vendrá  la señal de la señal de la cruz y luego el trotecito saludando a los hinchas.
Suena el silbato. El sol le da de frente. En el sorteo le ganan el arco.
Como es su estilo en cuanto puede agarra la pelota desde atrás y empieza a avanzar ful tras ful. - ¡Eh! ¡Este tipo no ve nada! ¡Tampoco el juez de línea! Y al rubio no se lo puede sacar de encima, lo sigue a sol y a sombra y cada tanto, un caño. Beto lo acompaña por si se da. Llega al área contraria y con un derechazo la estrella contra el palo y… adentro. El primer gol de la tarde ¿o es de noche?
Un lateral y se la saca limpito al rubio que lo sigue, le da una patada en la rodilla y seguro que le arruinó el menisco. Pero él sigue. Parece que el árbitro está ciego, le indica la falta con un gesto, pero nada. Avanza, le duele la rodilla por la patada. En ese avance se acerca al arco. Con él no pueden por más que se venga toda la defensa. Hoy está más afilado que nunca. La pasa a la derecha, el flaco se la devuelve y con un cabezazo preciso define el segundo gol.
La fiesta en la tribuna crece. Qué partido éste. Hoy terminan el campeonato, ganan y son campeones indiscutibles.
Arranca esta vez del medio por un pase del fondo, la para con el pecho, los tobillos le bailotean, como al Diego. El arco está ahí. No levanta la cabeza, no necesita mirar, como el Diego.
Ya sabe. Sabe que la meterá ahí, donde es imposible. De la popular le gritan y él se siente Maradona y la clava en un costado, en el izquierdo, justo en el hueco que le deja el arquero.
Tiene un pequeño mareo. ¿Dónde está?
- Abuelito ¿Sin azúcar como siempre?
Agarra el mate con su mano derecha y con la izquierda acaricia la cabeza de su nieto.

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