Las amigas Celia Elena Martínez
Estela,
casada hace veinte años con un reconocido médico parecía feliz, pero a veces se
planteaba a sí misma si eso era felicidad. Gustavo, su marido viajaba martes y
viernes a atender su consultorio de Buenos Aires, ellos con sus tres hijos
vivían en Luján.
Estela
era psicóloga y trabajaba todo el día, de lunes a viernes por la mañana, en el
hospital y por la tarde en su consulta .Conocía los secretos de todo el pueblo
y se sorprendía de la cantidad de matrimonios que se mantenían a pesar de las
infidelidades de todos. Ella en cambio no podía quejarse, su esposo era fiel.
Laura
vivía en Buenos Aires en un coqueto departamento que también usaba para su trabajo
de psicóloga. Habían sido compañeras en la facultad con Estela y con Marisa.
Laura tenía una pareja que la visitaba cuando ambos podían. Él era Gerardo y
tenían un hijo de su larga relación de 10 años. También le comentaba a Estela
de la cantidad de infieles que había tanto de hombres como en mujeres con los
casados, concubinos o novios. Todo por supuesto sin romper el secreto
profesional.
Marisa
también atendía pacientes y tenía un novio desde hacía 7 años. Ellos se encontraban
en un hotel los días viernes porque ella tenía dos hijos de un matrimonio
anterior. Iban al albergue y comían
juntos en un restauran de la zona.
Damián
la dejaba en su casa y volvía a la suya.
Las
tres eran amigas y se reunían una vez cada quince días a almorzar y contarse
sus vidas. También hablaban de sus amores, de los problemas que tenían con
ellos. Las tres coincidían en el desgaste por la falta de presencia de ellos, que tenían que
arreglárselas solas, con los hijos, trabajos y dificultades que se presentaban
a diario en un hogar. Por todo esto mantenían agrias discusiones con sus parejas.
Un
mediodía decidieron tomar el café en otro lugar, La confitería París de
Recoleta. De pronto Estela vio entrar a Gustavo muy meloso con una señorita que
resultó ser su asistente. Le comentó a sus amigas que estaba su marido con su
ayudante, las dos miraron a la vez y reconocieron que habían entrado los tres:
Gustavo, Gerardo y Damián que en realidad era el mismo.
Laura
enfurecida quiso pararse e increparlo, pero Estela le dijo que no, que lo mejor
era irse y regañarle cada una por su cuenta. Se fueron al departamento de Laura
que era el más cercano y allí lo decidieron.
Era
noche de viernes y se encontraría con ella .Lo llamó a su celular y le dijo que
fuera a su casa dado que los niños esa noche irían con su padre.
Lo
esperaban las tres. Cuando entró se sorprendió. Estela le pegó un tiro al
corazón, fue certero. Después mientras caía Laura apuntó a la cabeza, cuando
terminó de caer Marisa le dio el tiro de gracia en el suelo.
Limpiaron
todo, se deshicieron del cuerpo. Las tres denunciaron su desaparición todo hizo pensar que había sido un asalto.
Las
amigas siguieron reuniéndose cada quince días.
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