jueves, 6 de octubre de 2011

ANTÓN SANTAMARINA DELGADO


VENÍ, BUENOS AIRES,
YO TE CUENTO


Desde aquí, en mi nueva lejanía...
¿vos sabés?
la gente,
esa que vive en vos y que es de ajuera,
te mira atravesado.
Yo también,
      ¿viste?
yo también creí que eras vos,
que era tuya la culpa de mi extrañamiento
y vos no me llamaste,
fui yo el que vino a vos...
solito... solo,
harto de algo-mucho que ya no soportaba...
y cuando tu inmenso río
de marrón llenó mi ducha
en aquel amanecer postrero sobre el agua,
frente a tus frentes
surgidos de improviso en mi retina...
-tras la ventanilla, redonda como una
O del barco-
tus fachadas abrieron sus ojos acristalados,  
pestañeándole tu bienvenida
a la carga de humanos que llegaba
hacinada
en un ex transporte militar,
residuo de la guerra
no hacía mucho finalizada.
Yo también creí que era tuya la culpa
de haber dejado yo
allá...
en la otra cara del hemisferio opuesto,
mi Tierra
mas...
de pronto advertí la oferta
de tu mantel extendido,
tras los vanos sin custodia
de tus casas,
de tus calles convertidas al instante
en camino a mi ilusión resucitada...
Tus rúas diligentes
pulieron las urgencias de mis pasos
cada día más firmes...
más seguros...
más libres...
hasta inyectar en mi
la ecuación soberana
de mis pisadas.

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