jueves, 21 de noviembre de 2013

Susana del Negro


    Mi cumpleaños de 8



Cuando llegué de la escuela, con la carita embadurnada de caramelo por los besos de mis compañeritas, el vestido de organza celeste estaba en una silla junto a mi cama toda primorosa con la colcha nueva que había cosido mamá, sobre el piso de brillante parquet los zapatos de gamuza blanca y los inmaculados zoquetes  de algodón.
En el comedor, cubriendo la mesa, el mejor mantel con sus servilletas de piqué almidonado y planchado con todo esmero por la abuela, las tazas de porcelana para el chocolate y en el centro, sobre una bandeja de plata reluciente, la torta que tanto me gustaba.
A mi alrededor, mi numerosa familia y todas mis pequeñas amigas, cantando: …qué los cumplas feliz… qué los cumplas feliz… …y yo sonriendo y soplando mis 8 velitas, y cuando  más soplaba (no se apagaban nunca)… iban desapareciendo uno a uno todos los que me acompañaban… y el comedor era la cocina y el mantel de hule, y las tacitas para el chocolate, vasos de vidrio verde… y yo sola con mi gata… sin torta, ni velas…sin coronita… con mis rulos cayendo desprolijos sobre mi frente…mientras mi vestido de organza se esfumaba dejando ver el gastado de algodón… y mis zapatos de gamuza blanca, se parecían cada vez más a las pampero que usaba todos los días.
…Feliz, feliz en tú día…amiguita qué Dios te bendiga y que cumplas muchos más…….
 

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