miércoles, 6 de julio de 2011

CARINA RUGGIERO



VOCACIÓN

Rosa Cedro Semillas vive en el campo y está orgullosa de su doble apellido. Rosa es tercera generación de una familia que por ciento cincuenta años ejerció la vocación agraria y la primera en intentar otros caminos.
Por ser mujer, y por soñar un sueño diferente, ha sido cuestionada por sus ancestros muertos y vivos. "Somos gente de la tierra" le decía su padre cuando la descubría metiendo las narices en los libros, "Así fue siempre y siempre será"
Pero Rosa no quiso mentirse y germinaba historias, personajes, y travesías fantásticas por el alto cielo, y las guardaba, para que nadie sepa, dentro del alma. 
Sin embargo, al cumplir veinte años, heredó, como la tradición manda, quinientas hectáreas de maíz y trigo. Ese día no pudo más, y fue a buscar consuelo donde su abuela.
"Abuela, mi vocación es sembrar historias", confesó.
Y la abuela, que era muy sabia y la quería mucho le respondió:
"Te entiendo, a tu edad sentía algo parecido"
Rosa vio como las cansadas manos de la anciana, manchadas de lunares y resignación, tomaban vida mientras decía "Yo creía que plantando zapatillas iba a crecer un árbol repleto de "Adidas", y tu madre sembraba monedas, con la ilusión de cosechar una fortuna.
 "No te preocupes, lo nuestro viene de familia". Explicó por fin. Y Rosa encontró la respuesta.
Corriendo fue en busca de una pala y cavó un hueco profundo en la tierra.
Luego llamó a su padre y con él a la multitud que era el clan de los Cedro Semillas y muy convencida anunció: "Vean. Seguiré la tradición, así todos estamos satisfechos"
Y plantó un libro.
Desde entonces Rosa tiene en su haber, un prolífico y sorprendente vergel de cuentos. 

(Eldorado, Misiones)

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