sábado, 4 de abril de 2009

LILIANA VARELA

OÍR LA VOZ


Cómo confesar la verdad. La agonía le atenazaba el pecho al pensar en que ya no era la misma del día anterior. Hoy, una mujer se reflejaba en su espejo: y se odiaba por ello.
Las olas lamían los restos de semen de sus piernas con desesperación mientras ella creía escuchar la voz de su madre llamándola a su lado.
No sintió el frío del líquido que la envolvía al internarse en la búsqueda materna; así como tampoco sintió los gritos roncos de su padre ahogados en el llanto de la culpa y el alcohol.

-Buenos Aires-

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Liliana. que suerte encontrarte por REDES.... Muy estrátegico tu mini-cuento.
Felicitaciones!!!
Normy P.

Liliana V. dijo...

Gracias Norma y gracias a Carlos que tuvo la deferencia de incluirme.
besos a ambos.
Liliana

Anónimo dijo...

Liliana: buen cuento breve. Te saluda, Laura Beatriz Chiesa.