miércoles, 25 de septiembre de 2013

Raquel Piñeiro Mongiello


VELETAS



 Viene un silencio peregrino 

colmado de veletas.

Yo le entrego mis utopías,

el ensaya voces,

hace una mea culpa

y comienza de nuevo

a realizar cavilaciones.

Pero es tanto el esfuerzo

que necesita para salvarse

del peso de la palabra

sobre el papel,

que quiere escapar

y no puede; solo atina a esconderse

en el sueño húmedo de una lluvia,

donde nadie lo irá a buscar,

porque será siempre

nada más que un silencio peregrino,

destejiéndose sus cabellos.

No hay comentarios: