sábado, 26 de mayo de 2018

Martha Goldin

                       Solo  Martha Goldin                               

Finalmente encontré un buen lugarcito. Es pequeño pero me  acomodé sin dificultad. Me preocupa que sea un invierno muy frío o lluvioso pero no sería el primer año difícil para mí. Otra vez pensando, siempre pensando .
 Prefiero dormir. Duermo mucho, casi todo el tiempo . Es que cuando estoy despierto pienso, pienso. ¿Cuándo perdí mi casa? ¿En qué momento me encontré en la calle con unas pocas pilchitas , estas frazadas, el mate y eso sí, mi termo. No sería yo sin mi termo. Pero ¿acaso soy yo durmiendo en la calle, agazapado en la noche oscura, con la memoria intacta?
Cierro los ojos y te veo. Veo la mesa familiar, escucho las risas , huelo la comida humeante
Fueron los noventa, ya sé . Escucho a otros que, como yo, se quedaron así en esos días.
La familia se desintegró. Me alejé avergonzado, loco de dolor y de furia. No conseguía trabajo, rodaba de un lado a otro.
 Primero se fue Rosarito vaya a saber con quién, después Raúl que se metió en un grupo muy raro y un día vos,  con esa tos persistente, cerraste los ojos y me dejaste aquí.
Solo. 


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