Truculencia
Juana Schuster
Es el tercer asesinato
cometido en el hospital neuropsiquiátrico de la zona. A 70 km de la carretera
principal.
-Encuentro similitudes entre
ellos.
-Sí,-responde el sargento
Madison al detective Foster.
El investigador tiene 79
años. Había decidido retirarse de la profesión, cuando Madison fue hasta su
casa. Era de noche, el detective lo atendió en bata. Fue notorio que dormía. Su
amigo lo despertó ,al tocar el timbre en una cabaña de las afueras, en la zona
rural ,
-¿Sabe Ud.? Ya no quiero
dedicarme .a estas cosas .Desde que falleció mi esposa, me ocupo de pequeñas
faenas de campo.
- Lo comprendo. Pero su
sagacidad nos prestó siempre mucha ayuda. ¿Re cuerda el caso Lister?
Foster asistió con la cabeza
percepción..En ese y otros sucesos, se había destacado por la percepción.
Muchos hombres rendían cuenta ante la justicia gracias a su intervención
exitosa.
-¿Un whisky, sargento?, ya
no bebo, pero siempre hay una botella para loa compañeros. Los detalles eran
desconcertantes. Una mujer joven había sido estrangulada y le habían cortado
una pierna
Un enfermero, al que le
faltaba un brazo, estaba en la morgue si haber sido reconocido aún.
El tercer caso era el de un
interno, ahorcado con una soga. No tenía la mano izquierda.
-¿Nadie oyó nada?
-En absoluto. Al entrar el
profesional de turno, encontró la escena dantesca.
-¡Rastros?
-Solo uno. Tenían el resto
del cuerpo manchado con pegamento. Un tipo de pasta usada para adherir objetos
de madera, cerámica o algo así.
-¿Averiguaron sobre personas
cuya profesión esté conectada con tareas manuales?
-Aún no. Sabemos que las
víctimas recibían visitas con escasa frecuencia.
-Quiere decir que nuestro
hombre hace averiguaciones previas o tiene a alguien en la institución que
tiene acceso al fichero.
-Esto es lo más probable.
-¿Alguien declaró?
- Solo el directos. Nos
pareció un hombre sensato, normal.
-Todos son sensatos y
normales, nunca se sabe el voltaje exacto que alberga un ser humano.
-Al otro día, el propietario
de la clínica de muñecas, a 32
km del hospital, recibía otra clienta.
-Buenas tardes. A mi pequeña
se le cayó. Tiene el brazo roto.
A la mujer le llamó la
atención el interés exacerbado que tomaba el dueño en el cuerpo del juguete.
-Brazo roto derecho,¡Ah! La
mano también.
Parecía satisfecho .Un niño
al que le ofrecen una golosina. Trajo
una caja con decenas de
brazos en todo tipo de material. Eligió uno. Con una mano.
-Sí Éste irá bien. En dos
días la sustancia viscosa se amoldará y su hijita estará feliz.
Aquello que la señora no
vio, fue otra caja, en la terraza. Había una mano izquierda, un brazo y una
pierna.
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