domingo, 17 de marzo de 2013

MIGUEL ANGEL DE BOER


CELOS 
"I didn´t want to hurt you"
Jhon Lennon (Jealous guy)

No recuerdo si alguna vez les conté que soy un poco celoso. Bueno, algo más que un poco.  Para que mentir. En realidad lo debo haber sido desde antes de nacer pero me fui dando cuenta de a poco, a medida que iba creciendo, como algo natural. Absolutamente natural. Lo mismo que el hecho de ser envidioso, muy envidioso. O vengativo. Muy vengativo. Comparto en esto algo que me dijo un querido amigo de mi adolescencia, muy amigo. Soy tan vengativo, me dijo, que estoy rogando que alguien me joda para poder vengarme. Es algo que me da un placer único, más que coger, agregó. Yo, la verdad, tan vengativo no soy.  Pero con los celos no sé.
Como les decía, durante gran parte de mi vida  no les di mayor importancia. Los consideré como proporcionados a mi capacidad de amar. Es decir que si no me sentía tan celoso, era porque  tanto no amaba y viceversa. En fin, explicaciones que uno se da como para vivir más tranquilo. Cuestión que, ya desde chico, más de una vez me agarré a las piñas, sufrí de diarreas y reacciones alérgicas o bien padecí noches de tremendo insomnio debido a mis celos. Pero hasta ahí, como dije, para mí todo normal.
La cosa empezó a generarme cierta sospecha patológica siendo ya más grandecito. Bastante grandecito, sí.
Y fue, como no podía ser de otro modo, a partir del cine, de la música, del arte.
Por ejemplo  de chico a veces me producía cierta inquietud que cada tanto, por dar un ejemplo, Marilyn Monroe tuviera una nueva pareja. Aunque reconozco que lo de Kennedy me puso un poco más que inquieto. Pero de todos modos lograba entender que era su vida, y seguía viendo sus films y sus fotos (sobre todo sus fotos;  no había videos, ni dvd, ni youtube en ésa época) sin mayores reparos.  Recuerdo algo parecido cuando  Sophia Loren se casó con Carlo Ponti. O para dar un ejemplo más autóctono: cuando Bárbara Mujica se casó con Rovito. Yo no sé si porque era más ingenuo o porque sentía que tenía mucho futuro  por delante, lo cierto es que no era algo que alterara notablemente mi existencia. De algún modo lograba aceptarlo como algo legítimo. Como la pareja de Natalie Wood y Robert Wagner. O Tony Curtis con Janet Leigh, Hepburn y Tracy, Grace y Rainiero, Montand con Signoret.  O Brigitte Bardot con Vadim antes de que se emputeciera, permítaseme el término, luego de actuar en  "Y Dios creó a la mujer…" Porque de ahí en más no me quiero ni acordar. (Aunque no me olvido que lo de  Gunter Sachs, el "play boy" alemán, me puso muy, muy tenso, ya avanzada mi adolescencia). Pero con el correr del tiempo la cosa se fue agravando. Y ya que lo mencioné a Kennedy, aún tengo patente como la imagen de Jackeline se me fue metamorfoseando cuando lo de Onassis. De lo linda que la veía  cuando estaba con John y con los hijos, se fue transformando en un bactracio repugnante cuando la veía en el yate junto al choto de Onassis. Algo similar a lo que sentí con la loca de Mia cuando se calentó con el mafioso de Sinatra. También me incluyo entre los que sentí que Yoko era una nipona amarilla aprovechadora y oportunista, que lo atrapó al idiota de John, habiendo sido uno de los factores más importantes de discordia y de destrucción de los Beatles. Y no sé si aún lo sigo pensando.
Pero yendo a ejemplos más cercanos, recuerdo como si fuera hoy el tremendo sobresalto que tuve con Melanie. Si, la Griffith. Y digo la porque no me sale de otro modo. No había película en la que ella actuara que yo no dejara de ver. Bueno, no todas. Porque en realidad me encantaba más ella, que su actuación y el modo en que componía los personajes. Me atraían su cuerpo,  sus labios, sus piernas, su voz. En fin. La veía espléndida, dulce, tierna. Pero no me van a creer si les digo que empecé no solo a sentir un desasosiego, un malestar melancólico, sino un verdadero rechazo, cuando se enganchó con Banderas. Y lo llamo así a propósito, por el apellido: Banderas. Porque también por él comencé a sentir una  repulsión casi incontrolable desde entonces. Es más. La náusea se fue extendiendo a todo lo que tuviera que ver con ellos.
Desde ver las películas de Almodóvar, en una suerte de delirio casi sistematizado, al atribuirle que por haberlo descubierto al gallego (por que también le digo así: "el gallego", con minúsculas), con el tiemppo posibilitó el romance. Hasta dejé de ver  Los Pájaros con el placer y el entusiasmo con que siempre lo había hecho. Y esto porque el verla a la Tippi (quien también me encantaba), la recuerdo a la puta de la Melanie. Disculpen el término pero empiezo a darme manija y no puedo parar. Sigo. Desde entonces la veo  (a Melanie) cada vez más gorda, depresiva, avejentada, ojerosa. Me parece que actúa para el culo y que lo único que le interesa es estar con él. Y con él me pasa lo mismo. Jamás pude, ni creo que vaya a poder ver completo, por ejemplo, ese bodrio que es El Zorro. Las pocas veces que vi algunas escenas, me parecieron ridículas, payasescas. El modo de moverse, de saltar., de usar el látigo. Todo. Un boludo me parece. Que seguro aceptó hacerla por necesidad de guita. De Melanie. Que no debe haber guita que le alcance, mas con las internaciones de desintoxicación que  necesita cada tanto. Y ni hablemos de cuando el gallego se hace el mariachi. Cantando de perfil  con la guitarrita o con la Salma saltando por los techos. Un pelotudo. Hasta el nombre de la película me da asco: Desperado.
Bueno mejor bajo un cambio con esto porque me parece que me está subiendo un poco  la presión. Porque no es solamente con el cine que me pasa, de lo cual les podría dar decenas de ejemplos. 
Vayamos también por ejemplo a la música.
Es de no creer lo que pueden los celos. Mis celos. No sé si por la edad, por alguna pérdida de sinapsis neuronal o que otro factor, porque a mí mismo no deja de asombrarme.
Tomemos el ejemplo de Shakira. Juro que no tengo ningún cd, ni mp3, ni nada que se parezca de ella,  porque nunca me sentí particularmente atraído por su canto. En todo caso algunos temas, la danza, o sea como mueve el culo y eso, pero nada que me fascine demasiado. Pero cuando la colombiana esta se metió con el pelotudo de Antonito, para que les voy a contar. Empecé a sentir una atracción-repulsión por todo lo que tenía que ver con esta yegüita trepadora, y un odio y desprecio desconocido para con el puto hijo del forro de De la Rúa. Que encima le manejaba la guita y los contratos.  Menos mal que no me gustaba porque si no vaya a saber qué me hubiera pasado. Y reconozco que  sentí una alegría irracional cuando se separaron y nuevamente un igualmente irracional malestar cuando se hizo botinera cuando se lo atracó a Gerard - otro gallego - Piqué. Ni hablar de cuando quedó embarazada. Lo mismo con lo de la Bruni y el imbécil de Sarkozy. Miren que no es que sea una de mis cantantes preferidas ni muchos menos. Pero cuando me enteré que se habían enganchado y peor aún, casado, para que contarles. Y también ni que decir cuando tuvieron un hijo.
Distinto es el caso de Sinead O´Connor. De ella sí tuve todos sus cds, que escuchaba con admiración. O me emocionaba al verla en sus recitales o clips. Pero cuando me enteré que se desesperó por voltearlo a Gabriel (no me sale decirle Peter),no pude evitar que se impusiera un rechazo obsesivo. Desde entonces para mí ya no es más Sinead, sino La Pelada. Así, a secas. Aunque no hace tanto vi unas fotos donde está irreconocible y más que rechazo sentí algo de pena y ternura.
Pero vuelvo a las actrices que es con lo que más me descompenso.
Algo que me pegó mal fue cuando la reventada de la Sharon (a quien les juro que admiraba e idolatraba con toda mi vida) estando medio mamada  se le tiró en público al forro de Richard - alias "Ojitos siempre actúo igual" - Gere. Otro idiota, que no sé que le vemos, porque yo me incluyo. Porque con él me pasa lo mismo que con Michael Douglas: no me puedo perder una película en donde actúen. Y después los reputeo y me reputeo. Cuestión -sigo con lo de la loca de Sharon - que cada vez que vuelvo a ver Casino (que tampoco la puedo disfrutar como antes), tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no recordar los episodios de esta calentona. Y lo de episodios, así en plural no es un error. O ¿cómo creen que me cayó el avance descontrolado que tuvo sobre Mica (para colmo argentino), un millón de años más joven que ella?
Suerte que una vez alcancé a ver una foto de esta turra desmaquillada, que me calmó bastante.  Parecido a lo que me pasó con la putita de la Portman, que pasó de ser la tierna Mathilda de El Perfecto Asesino a una desaforada insoportable cuando se obsesionó con el pelotas de Gael, al que no dejaba ni a sol ni a sombra . Gaelito. Al que también me lo monté en un huevo. Y que también, ¡cuando no!, tuvo que filmar con Almodóvar. Y bueno, hablando de los que filmaron con el gordo, de Cecilia "yo no tengo prejuicios" Roth, preferiría no hablar. Cuando se enganchó con Fito me la banqué como un duque. Aunque disfrute bastante con el bardo que se armó con Sabina y demás. Pero después con lo del pendejo de mierda que dice que se había enamorado, por favor. Yo la adoraba a esta degenerada. La adoraba. Ahora que me doy cuenta, pareciera que es toda una trama vinculada con el puto de Almodóvar, ¿no? Porque también lo asocio al tema de la Penélope con el enano  Cruise. El cienciólogo. Ja. (Otro del que no me pierdo una película, como un pelotudo). Después vino lo de ella con Bardem, gracias a Woody, pero lo tomé con una calma sorprendente. Esto porque tanto Bardem como Woody para mí son unos capos. Y ahora que  lo nombré a Cruise  me acuerdo de la turra de la Nicole, y cuando digo Nicole también la asocio con la Neuman y con todas las botineras reventadas como la Wanda y tantas otras yeguas de ese palo.
En fin. Me dispersé un poco.
Estaba hablando de la Cecilia y Fito y me acordé cuando él se enamoró, je, de la drogadicta de la Celeste, y de inmediato la empecé a ver más hinchada, deformada, y a él a escuchar que cantaba cada vez peor. Nada menos. Algo parecido me paso con la Oreiro cuando se enganchó con Mollo, que no se puede creer el nombre que le pusieron al hijo, lo cual atempera mi malestar.
En realidad son minas que no me van ni me vienen, pero cuya actitud me afecta involuntariamente.  Por ejemplo ahora me acordé de la reputa de la Julieta -  'bueno chicas ya les conté varias anécdotas de películas...¿quién se saca primero la ropita? - Ortega, que siempre me encantó hasta que tuvo que contar la "anécdota" con Nicholson . 
Por suerte también, seguramente gracias a una exitosa disociación o tal vez a una incipiente madurez, tengo en mi haber a quienes - como Scarlett, Keira, Naomi, Marion, Kate, Cate, Mónica, Marisa, Charlize, Anne, Jennifer, Julian, Rachel, Julia, Michelle, Malin, Julieta, Paola, Viviana; como antes Jessica, Vanessa, Faye, Julie, Gina, Jeanne,Claudia, Rommy, Catherine, Shirley, por solo nombrar algunas -  logro mantener protegidas de mis celos. Entre otras cosas, porque hago lo imposible para no enterarme de sus vidas privadas, y mucho menos  íntimas, con lo que mantengo un cierto equilibrio, gracias a que mis fantasías no sé ven tan amenazadas .
Porque en realidad al que más protejo es a mí mismo.
Porque me han sobrado y me sobran en mi vida real situaciones de celos que abarcarían cientos de páginas.
Con mi mamá, con mi papá, con mi hermana, con mis hijos, con las que fueron mis esposas.
Con mis primas,  con mis tías, con mis amigas, con mis novias, con mis amantes, con mis maestras, con mis profesoras.
Con mis amigos, compañeros, colegas y profesores.
Con mis terapeutas, con mis pacientes.
Con mis gatos, con mis perros.
Con todo aquello que he sentido y siento como mío, aunque no lo sea.
Con todo aquello que siento que he amado y amo, tal vez  de un modo un tanto enfermizo.
Por eso, queridos y odiados celos,  bienvenidos a mi sufrimiento cotidiano. 
Porque parafraseando a Bion: no es lo mismo saber sufrir que ser un masoquista.
Y con esto concluyo por ahora.
Siendo ya de noche, tengo en pensado ponerme a ver tele como lo hago hace algunos años, con una actitud preventiva, atento a hacer zapping ante cualquier escena celotípica que pueda arruinarme el día.
Porque parece que lo único que buscan es joderme la existencia.

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