sábado, 16 de marzo de 2013

CLAUDIO PIERMARINI


POEMAS  

Un cuento contado por un idiota

Todas las monedas de nuestro amor
cayeron cruz.
Si vos amanecías,
sobre mí llovía
el cántaro de la noche.
Causa y efecto fueron un velo,
que escondía un designio monstruoso,
un dios sin ojos y sin luz
que, con mala fortuna,
gobierna el mundo.

Todos los pétalos de la rosa
desparramados en el viento,
todo lo que busques
para perderlo.
Siempre Julieta se equivoca
y en su tragedia de enredos,
sin comprender la trama,
se suicida a destiempo.


Pecado original

Un dios al que nacemos debiendo
no es un buen dios.
Es un Banco Universal de la Desgracia.



A Hegel

También anda Dios,
enamorado en tu red,
Divina Maya.
Nadando con nosotros
en el río de los vivos. 


Caminos de mierda

Con fusil y con flor,
partimos buscando
en mañanas desnudas
como hornos,
detener las ruedas aceitadas
del karma implacable;
dormir las perras de la Historia
una larga siesta en Acuario,
sin calvario y sin coroneles.
Sin fusil y sin flor,
de uno en uno
caímos sangrando
en la panza del Diablo,
envenenando la simiente
y pudriendo la siega,
como niños desconcertados,
que despiertan, para siempre,
a un alba de bayonetas
o túneles y pesadillas.
El ángel del Mal
echó suertes en su oficina.
Para algunos, entonces,
fueron tumbas
las arenas voraces del Orden,
el gusano sistemático, perfecto
del martirio,
y a los otros, cadenas perpetuas
en cuchitriles del espíritu,
totem-televisores,
cenizas de la libido,
largas, muchas, rutinarias
rayas de cocaína,
piedras frìas desmenuzando
esos jóvenes corazones viejos.

Como estrellas finales,
todos ardimos invocando
manos, huesos, cabelleras,
no significantes nombres
de profetas muertos
amados en vano.
Llorando, inútilmente, debajo
de un sordo,
mudo
y ciego
póster en llamas.


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