jueves, 15 de octubre de 2009

SERGIO FELIPE MATTANO

ASMA

Aprendimos a morir desde pequeños
entre vapores, ventolín y el infierno rudo
de los rezos del nebulizador.
Nosotros conocemos la muerte antes que a ud.
se le muriera un abuelito, que en pack descanse,
arriando el ínfimo retoño de O2 hacia el pecho
entre chillidos de la carne que le niega el paso
meditando para vencer el nervio histérico de yacer
ahogados sin una mano que nos seque la febril testa.
Aprendimos a morir y en eso sacamos ventaja,
aunque los años de catecismo insistan

en igualarnos mortales.




oooOooo


SE

ser un ataúd de lo q no
la bestia
del carnaval
la sagrada madeja deshilada
el perfume del sexo retraído
la garganta ácida
la niña q cruza la calle
y descruza las piernas
cuando papi no la ve
la resistencia
en las formas imperecederas
imperceptibles
del aire
las tres cicatrices

cruzadas sobre la pared



oooOooo



CANTO II

Los habitantes de la noche
pájaros de alas sangrantes
me despiertan
me seducen
me atormentan
me vuelven ave
forma clítica del pronombre
escudo contra espolones
que el rostro desfiguran
cordero de dios
que quita
el pescado del mundo.
Tras las torres se alza
hambrienta
una dama sepia
Deglute los pájaros
me desea
me inventa
me recorre
Luego yo,
desnudo /anquilosado
respetando las comas
atrapado por las cicatrices
de sobreviviente
diciendo yo
creyendo ser yo
la sombra de mi padre y hades
el miasma enérgico de la prohibiciones por venir
expulsando verrugas por los ojos
y penetrando fieramente
a la mujer sepia
que se orgasma

y eyacula canciones por la boca.

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