sábado, 1 de noviembre de 2008

MÓNICA TARRAB


ACUARIO

Hay tres razas sedientas,
frente a un mar de fuego.
Sus cabezas, abiertas
como ánforas que esperan
quien repare sus grietas.
No se resignan a ver
sólo la mitad del cielo.
Más allá, siempre,
un horizonte calmo permanece.
Ha venido el aguador,
cual redentor vertiendo
sobre ellas,
el agua del conocimiento.
Si están dispuestas,
las saciará de a poco,
ofreciéndoles gota a gota
de su vasija inacabable.
Y con la plenitud
que la paz otorga,
aceptarán que su destino
contempla al universo entero,
simplemente desde adentro.

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