sábado, 22 de diciembre de 2012

MARITA RAGOZZA DE MANDRINI



DORIANA  GRAY 

"Detrás de toda hermosura hay algo trágico".
"El destino nunca deja de zanjar sus cuentas"
Frases de El retrato de Dorian Grey

Tenía todo en la vida: belleza, dinero, salud, hermosas casas y autos.
Su rostro se conservaba siempre fresco, como recién lavado, y casi no necesitaba maquillaje, los ojos eran vívidos, la boca sensual sin exageración.
Cambiaba de actividades y siempre se destacaba, ya sea en arte, negocios, empresas.
Novio no se le conocía, pero sí se sabía que había roto muchos corazones y sus romances eran tan fogosos como cortos.
Tenía muchos amigos, pero en su situación material tan privilegiada era difícil saber  en cuál  de ellos  estaba la verdadera amistad.
Doriana solía desaparecer algunos días y sus noches, seguidas de una fuerte reclusión, sin atender a nadie y dando asueto a los sirvientes.
Un vecino - pero no de fuente confiable -dijo que una vez la había visto llegar de sus ausencias, encontrándola  ajada , ojerosa y  desarreglada.
Tenía una buena colección de compactos de música, como también de videos con lugares bellos y exóticos.
Una vez en una de sus fastuosas fiestas alrededor de una monumental piscina, y con unos daikiris de más, deslizó el comentario que poseía un video exclusivo, único, sin copias, al que  ella sólo podía acceder. La bombardearon a preguntas, pero Doriana parecía casi arrepentida, y sólo dijo que se lo había regalado un caballero con el que mantenía un contrato de negocios.
Solía mudarse varias veces, cambiando vecinos y amigos, por lo cual se perdía los ciclos de vida de quienes la rodeaban: casamientos, divorcios, hijos, como si evitara tener lazos de más tiempo.
Eso sí, se mantenía esbelta y bella, con la imagen de plenitud que llega a poseer la mujer a los treinta cortos años de edad.
Las desapariciones se hicieron seguidas. Sus regresos  eran más frustrantes, porque en realidad llegaba y se encerraba en una habitación secreta a ver el video el cual mostraba a una mujer cuya imagen apenas se le reconocían sus propios rasgos. Pelo ralo y vello en la cara con arrugas profundas, piel amarillenta, agrietada, huérfana de mirada y un halo de depravación que dejaba a Doriana espantada y repugnada.
¿La beldad y la juventud eterna podían ser excusas?
Un grito profundo se ahogaba en sus entrañas, el  arrepentimiento le mordía su corazón, pero el contrato con el caballero tenía cláusulas estrictas e irreversibles.
Al final, ¿a quién engañaba? A ella o al mundo?
Pero  al Tiempo no, porque de alguna manera su aliada, la Decadencia, no se la burla  tan fácil . Quizás el místico, el artista ,el poeta... pero ya era tarde para ella.
¿Hasta cuándo soportaría Doriana Gray?

1 comentario:

María Verónica Miguelez dijo...

Felicitaciones Redes de Papel! Hace algunos años tuve la posibilidad de publicar un cuento en la revista! Gracias y que sigan los éxitos!