martes, 7 de febrero de 2012

JUANA ROSA SCHUSTER



POEMAS

MI NIÑO
Y mi niño no se duerme.
Pero la luna ya bosteza abrigada por dos nubes.
Y mi pequeño tiene aun sus ojitos abiertos.
Dos escarabajos negros que se han despabilado hoy.
Los grillos ya se acostaron
en la hierba húmeda por el rocío.
Y mi niño no se duerme.
Todo el paisaje dormita apoyado en las verdes ramas de los cipreses.
Las puertas de las casas de la comarca encierran el sueño de los moradores.
Y mi niño no se duerme.
Los duendes de la noche, no me prestan ayuda alguna.
Mi fantasía cabalga sin riendas,
se va por orificios negros.
¿Qué tendrá mi hijo que hoy se ha desvelado?
Le canto unas nanas que me enseño mi madrina.
Y mientras entono, sus párpados se van cerrando.
Acomodo las cobijas, dejando el farol encendido.
Una mariposa nocturna hace una ronda infantil, jugando con la tenue luz.
¡Ay! ¡Que inmenso el cariño de una madre!
¡Ay! ¡Que bonito mirarlo mientras él duerme!

LO ETERNO

No envejece la ostra dentro de la valva intacta.
No envejecen las hojas secas
porque los otoños son eternos.
No envejece el sonido: tu voz se escucha ebria de expectativas.
No envejece el cariño: siempre lo siembro.
No envejece el mar: el faro guarda sus secretos.
No envejece el canario: destruí la jaula.
No envejece tu sonrisa: no la extraviaste en la tormenta.
No envejecen los ojos del abuelo: se poblaron de paisajes tiroleses, de magia y color.
No envejece el baile: no palidece la música.
No envejece la duda: pronto será certeza.
No envejece nuestro amor, porque te tengo.

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