viernes, 11 de diciembre de 2009

RICARDO ALBERTO ALLIEVI

SABIDURÍA ORIENTAL

¿Cuál es el secreto de la filosofía oriental y de su larga vida?, Le preguntó un joven a un viejo , noble y sabio mandarín que estaba en silencio meditando en la paz del campo.
El anciano escuchó con los ojos cerrados. Los abrió al rato y se tomó un largo tiempo para pensar antes de responder. Se acarició su larga barba blanca y gris, como ordenando sus pelos y sus pensamientos.
A su lado, en medio de piedras secas. Corría un caudaloso río que las salpicaba y se oía su canto. Estaba sentado junto a un joven árbol que movía sus ramas con el viento sin hacer sombra siquiera.
Habló muy suave, articuló muy bien sus palabras y dijo: -Dejar bien abiertas todas las puertas y ventanas para que entre el conocimiento a la razón y sea con creatividad. Echar llaves a la inspiración.
Hizo una larga pausa pensando en lo que había dicho y concluyó sus palabras diciendo: - Pero he comprobado en tantos años vividos que improvisar permite volar, subir y bajar escaleras, ascender y descender escollos, balcones, llegar y salir de las terrazas y, desde lo más alto, saltar al vacío desconocido creando en la caída, antes de llegar al suelo. El secreto es llegar, ir y venir y, si después es necesario, descansar las fatigas hasta volver a empezar.Cerró su boca como si hubiera enmudecido o hubiera dicho todo y siguió meditando con el ruido de la vida que pasaba a su lado, igual que el viento y el río.

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