jueves, 23 de abril de 2020

Estela Marina Garber


                          SUEÑO INESPERADO 
                                          Estela Marina Garber


Anoche tuve un sueño largo, intenso, inesperado. Me visitó mi ex marido con quien estuve casada en San Francisco, California desde 1994-1997.
 Etienne me sorprendió caminando por una calle porteña con su simpatía, calidez y afectividad.
 Se acercó a mí queriendo saber de mi vida y circunstancias. Durante las horas que estuvimos juntos conversamos y luego fuimos a la casa de mis padres. Mi madre lo miró con desconfianza.
 Yo seguía atónita pues este hombre era la antítesis del que yo recordaba. ¿Qué había pasado? ¿Cómo había podido humanizarse tanto? En un momento me dijo: “Yo tuve que volver a nacer”. Y yo entonces pienso -aunque no se lo digo- “Y nosotros podríamos haber sido padres y tener ahora hijos de 18 o 20 años”…
 Yo seguía desencajada y desconfiada a la vez. No es posible que yo estuviera junto a Etienne y que él me valorara, me abriera las puertas hacía su familia y lo más increíble, “se volvería era a casar conmigo”.
 El estaba tan contento de estar conmigo nuevamente que en su entusiasmo me llevó a la casa de unos parientes.
 Al llegar al edificio me llamó la atención el diseño, entonces Etienne me aclaró: ”Es un edificio algo disruptivo pero es una obra arquitectónica artística de los años 60 muy valorada como patrimonio histórico-cultural”.
 El departamento tenía ambientes amplios y asimétricos. Allí me encontré con mucha gente. Algunos los reconocí fisonómicamente apenas pues muchos han envejecido, cabelleras canosas y algunos kilos de más. Había muchos músicos y la música refrescaba el ambiente. Reconocí a una de las hermanas de Etienne quien me abrazó cariñosamente.
 Finalmente Etienne me llevó hacia donde estaban sus padres a quienes no reconocí y hasta rechacé. Me produjo aprehensión acercarme a ellos pues parecían espectros. Ellos sin embargo, se alegraron al verme, después que Etienne me presentara como “su esposa”. 
 Por suerte esta mañana desperté y sentí mucho alivio. 



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