Cuentos breves
Joan Mateu
Hojas muertas
Cuando
amaneció, el bosque era un gran cementerio. Nadie sabía el motivo de tanta mortandad.
Los árboles estaban caídos unos sobre otros en una informe montaña de cadáveres.
Hablaban de una guerra nuclear, algunos de un ataque con pesticidas, otros
simplemente se horrorizaban en silencio.
Sin
embargo todo el mundo sabía que eso podía pasar porque año tras año, el bosque
iba avisando. Cada otoño las hojas caían de los árboles dejándolos desnudos.
Era el cementerio de las hojas muertas. Era el aviso. Sólo era cuestión de
tiempo que también los árboles murieran.
Crítica literaria
Sus
cuentos son sencillos, sugerentes y fáciles de leer. Tienen algunos errores
ortográficos que deben ser debidos a la prisa en escribirlos y algún defecto de
forma, pero eso no quita la calidad que subyace. El desarrollo de la historia a
veces se complica en cuanto que mezcla acciones actuales con cosas pasadas en
tiempos anteriores, pero debe tratarse de una licencia que adopta. A mí, personalmente
me gustan, aunque los personajes no son creíbles y se complica mezclando
historias de varios a la vez que son inconexos. Podría ponerle “peros” a los
argumentos que a veces pecan de poco cuidados y no se entienden del todo, pero
en líneas generales no están mal. Es cierto que parece que haya algún plagio en
alguno de ellos, pero sinceramente, a mí no me disgustan en general. Son
leíbles. Bueno, que tampoco hay que ser demasiado exigentes…
El regreso del montañero
Después
de aquella expedición de tres meses y medio regresaba a casa con unas ganas
enormes de hacerle el amor. Los días pasados en lo alto de la montaña y los
esfuerzos realizados, lejos de haberle debilitado, parecía que habían actuado
de reconstituyente, sintiéndose pletórico y ansioso. Cada noche había soñado
que la tenía en sus brazos con tal intensidad que por las mañanas parecía que
notaba su olor.
Nada
más llegar a aeropuerto la llamó y anunciándole su llegada le gritó al
teléfono, deletreando con voz estentórea, "PRE-PA-RA-TE". Ella lo
recibió en salón, al cabo de veinticinco minutos, con una taza humeante en su
mano derecha.
El mensaje en la botella
Las
olas llevaron a la playa aquella botella con el mensaje en su interior. Con
mucho cuidado consiguió sacar el papel de dentro y lo leyó:
“¡Socorro!
Estoy perdido en una isla desierta. Llevo más de un año tirando botellas al mar
con mensajes y estoy desesperado porque el mar me las devuelve”
Con
parsimonia garabateó unas palabras en el mismo papel. Lo enrolló y metiéndolo
dentro de la botella la tiró al mar lo más lejos que pudo.
Añadió:
“Te entiendo, a mí me pasa lo mismo”
Los hombres con alas
No
se sabe si fue producto de una mutación hormonal o quizás fue una variación del
ADN en algún experimento poco controlado, la cuestión es que empezaron a ser
habituales los nacimientos de hombres con alas.
Esto
creó confusionismo y también envidias. Las facilidades de desplazamiento, la
nula polución y los ahorros en viajes, fueron factores determinantes para que
se fueran introduciendo rápidamente en la sociedad.
El
hecho de que cada día hubiera más hombres con esta característica, hizo temer
una dominación de los alados, lo que creó temores en el resto de la población.
Sin embargo todo se solucionó cuando se pusieron de moda los colchones de
plumas.
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