viernes, 9 de octubre de 2015

Ricardo Barquin



Modo inverso  
Ricardo Barquin
                                                                                                         a Carlos Margiotta
“Y de la luna el célico semblante
y el triste mar amé”
Pastor Díaz
No sentía odio ya,
pero había vivido todo el odio,
era manso de espíritu
a la manera de un hombre que acobarda su pena
y que detiene el llanto,
y anda sobre este mundo cabizbajo.
Un ardor de violencia, sin embargo aquel día,
hirió su pensamiento, y ensangrentó sus manos,
“a la tarde del día ya que obscurecía
en la oscuridad y tiniebla de la noche”.
Recordaba con fruición doliente
versículos de una Biblia antigua
de hojas pálidas: “si tus pecados fuesen rojos
como la grana, como la nieve serán emblanquecidos”.
Sintió caer la nieve sobre su rostro
y sobre Buenos Aires, en un jardín del sur.
Signos claros jardines verbales;
Amó, ha bebido muerte.
III
Ya evanescido el tiempo,
es la eternidad;
la eternidad, real edad del tiempo
IV
Yo iré rastreando,
como lebrel sediento mis crímenes,
hasta besar tus llagas.

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