lunes, 4 de febrero de 2008

BEATRIZ CID


LA DAMA ENLUTADA Y EL JOVEN PINTOR

Solo fue el encuentro en aquella tarde.
La dama hablaba loca de pasión.
Presumida toda, de tantos encuentros,
hombres de negocios, de sabios, maestros,
solitaria ella, por falta de amor…

Entre tanta gente ella lo observaba
entre los cristales, caireles y brillos,
la ciencia, expertos,
nieves del dolor…

De pronto la Dama, enlutada ella,
se vistió de brillos,
aplausos, diplomas
y aquel cuadro de honor…

Entre tanta gente ella lo observaba…

Noche de destellos,
el Joven Pintor acudió a la cita
de la bella dama
dorada en color…

Pasaron los años
y la vieja Dama
siempre lo recuerda…
Y hablan y hablan,
ambos con deseos
de abrazos y besos,
de tardes de otoño
de cierto verdor…

La Dama Enlutada se viste
de rojo,
tacones sinuosos,
pintura en su boca,
de nuevo el encuentro
del Joven Pintor…

Se cierran en besos,
nadan en ocasos,
azulinos nardos,
transcurren el paso
de bella pasión,
los faros iluminan,
no importan los años
ya nadie detiene
a la Dama Vieja
y al Joven Pintor…

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