lunes, 27 de agosto de 2012

CELIA ELENA MARTÍNEZ


TOBY

Un matrimonio normal de abogados, trabajaba juntos. Tenían dos hijos adolescentes y una mascota llamada Toby.
Cada mañana desayunaban los cuatro juntos, los chicos partían para el colegio, ellos proyectaban el trabajo del día en el estudio. Almorzaban cerca de allí.  Regresaban y seguían con su labor, siempre juntos pero con un amor mutuo, se sonreían y a veces cuando no los veían el le robaba un beso o le cacheteaba en la cola en forma cariñosa, eran felices. Cuando regresaban en el auto hacían chanzas y reían por lo dicho,  ella preparaba la comida de la noche, y los cuatro se sentaban a la mesa a comer todos juntos.
Ella se disponía a limpiar la vajilla y le decía a su marido si por favor sacaba a Toby al paseo de cada noche. Lo hacía siempre y aprovechaba para hacer su caminata diaria, en total llevaba una hora, esa era la rutina de siempre. Él volvía contento y Toby también.
Ella cada noche después de asear la cocina, juntaba toda la ropa sucia de todos y la llevaba al lavadero. Se daban un beso cariñoso y se iban a la cama, algunas noches ella se ponía más sensual, se perfumaba, se ponía una lencería más osada a  lo que él respondía con entusiasmo y frenesí, otras veces era él era el que reclamaba hacer el amor, fundían sus cuerpos como en los primeros tiempos.
Una noche Liliana preparando todo para la lavadora pensó que también debía lavar el joguing de su marido, y como siempre revisó los bolsillos para que no fuera nada al lavarropas, y ¡OH! sorpresa encontró una prenda íntima de mujer que no era suya, y exasperada pensó pero -¿cuándo,  si siempre estamos juntos? ¿Tomás sólo sale por las noches un rato y con Toby?....



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