martes, 9 de marzo de 2010

ARIEL FÉLIX GUALTIERI


POR CORRIENTES, EL DESTINO


Ocurrió por aquella época en que tu recuerdo se esforzaba por borrarse de mi memoria. Un día, mientras paseaba por la avenida Corrientes, reconocí al Destino, quien caminaba despreocupado, de la mano de una chica bellísima aunque de mirada muy triste.
Aprovechando la ocasión, me le acerqué entonces y, después de presentarme, le pregunté si acaso él podría evitar que tu recuerdo me abandone. Manteniendo su aire despreocupado, después de quedárseme mirando por un momento, el Destino me contestó que lo haría con gusto, siempre y cuando, yo estuviese dispuesto a pagar el precio que se fijaba usualmente para un pedido como aquel. Al preguntarle que se trataba, me invitó a tomar un café. Los tres entramos en una confitería de la avenida Callao. Al cabo de un rato, salimos con un trato ya sellado. En la esquina de Callao y Corrientes nos despedimos. El Destino siguió su camino por la avenida Corrientes, y la chica y yo tomamos un taxi hasta mi casa. Ella aferraba mi mano con fuerza. Amanecimos juntos a la mañana siguiente.El destino cumplió su palabra y tu recuerdo se ha quedado conmigo, al igual que la chica de mirada triste, que desde aquel día no se ha separado de mi lado. Creo que se ha enamorado de mí. Se llama La Soledad.

1 comentario:

deliteraturayalgomas-2 dijo...

Ariel, me gustó la forma entretenida de llevar tu relato.
Un abrazo
Betty