viernes, 7 de marzo de 2008

NORMA TRAFERRI

ABSTRACCIONES

Vuelvo a la casa que con su atávica imagen, muestra entre la fronda terminal, la glorieta con sus rosas, pocas y envejecidas para los ojos que sólo ven lo tangible. Otras miradas, no la mía.
Volví hoy, deseaba restaurar mi adolescencia.
Caía la tarde y quedo allí, quieto, de pié como antaño viéndote venir.
Se inhiben mis sentidos, consciente de tu ausencia. Te siento, te veo dentro de mi, renovando esa marginal turbación.
Inmaterial y perfecta me arrasas el alma, sin encontrar barreras que te detengan, con mi intangible anhelo y la necesitad de que acunes mi alma.
Siempre te amé con penosa ilusión. Sabía que eras sólo el objeto de mi delirio. Abstracciones de mi espejismo, mas escucho tus pasos acercándose, dolorosamente teñidos de ausencia.
Desvarío imaginando tu boca amplia, sonriente y silenciosa. Sé que no escucharé tu voz, nunca... Sin embargo tus palabras me llegan entre el aire animoso que engaña al silencio y acaricia mis oídos. Tu voz que no existe complace mi desatino, donde puedo crear todo lo que ambiciono poner en tus labios.
Emergen de la nada, y sólo mi imaginería ven tus brazos extendidos, tus manos como dos palomas traslúcidas, aleteando hacia donde me encuentro como una gasa sugerente. Mi corazón late desbordado, alucinando que tomarás las mías... Leve, larga túnica te envuelve del color de lo etéreo. Tus pasos engañando mi visión que orada tu sombra, ésa, que no existe. Mi abrazo vacío, para el que vea... lo que ignora de mí.
Conjuro al tiempo y no existe. La noche, implacable, la detengo en el preciso instante en el que asoma Venus que destellará sólo para nosotros.
Espero un soplo de tu aliento, tu pelo me acaricia. Inmóvil quedo, es el instante ideal en que asumo en plenitud tu presencia y mi locura.

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